martes, 23 de febrero de 2010

Cambio de rumbo

Después del día tan ajetreado es necesario un tiempo para el descanso. Y para ello nada mejor que preparar el ambiente indicado.


Ya está cayendo la tarde y en las calles comienzan a encenderse las farolas; el alumbrado, aún tenue, incide sobre el asfalto mojado por la lluvia constante produciendo reflejos. El hombre no enciendo las luces de casa, le apetece permanecer en penumbra; conecta el equipo de música y el piano de Maria Joao Pires inunda la estancia con el Nocturno nº2 de Chopin.


Calienta agua en el hervidor y se prepara un te Earl Grey bien cargado, le añade un chorrito de leche y con la taza en la mano se va al sofá. donde se dejo envolver por la música, que suena con un volumen más bien bajo, y empieza a notar como se relaja.


La verdad es que necesitaba unos momentos de tranquilidad, la jornada ha transcurrido con muchas obligaciones y un ritmo endiablado motivado por las reuniones de trabajo casi seguidas. Le gusta su trabajo pero a veces se plantea que le absorbe demasiado, y no solo por el tiempo que le lleva sino también por las otras actividades que le impide realizar. ¿Cuanto tiempo hace que no pasea por el simple placer de hacerlo?, o ¿Cuándo ha sido la última vez que ha visitado un museo o exposición? Es cierto que lleva una intensa vida social, asiste a eventos culturales, se relaciona con infinidad de personas interesantes, está bien considerado en muchos ambientes culturales y profesionales… , pero siente que le falta intimidad, vida privada, poder mezclarse con la gente, pasear los rincones de la ciudad, en definitiva, disfrutar de las pequeñas cosas que es donde realmente se encuentra la felicidad.


Es la primera vez que ve con claridad lo que realmente desea así que decide empezar a ponerlo en práctica. Y se acuerda de que hace unos días ha leído, no sabe bien donde, que Serrat, al que sigue desde siempre, ha sacado un nuevo disco sobre los poemas de Miguel Hernández, poeta que le cautivo en su juventud, cuando aún era desconocido y olvidado en aquellos tiempos grises de la dictadura, pero que un profesor que tuvo les descubrió. Sin apenas darse cuenta empieza a recitar en voz baja los versos de la Elegía a Ramón Sijé que siempre le habían emocionado. Estaba decidido, lo primero que iba a hacer era conseguir ese disco.




6 comentarios:

  1. Muy relajante esta lectura. Genial!!!!

    Gracias por compartirla.

    Un placer leerte.

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  2. Es cierto nos pasamos la mayor parte del día pegado al trabajo y cuando nos damos cuenta se nos ha pasado el día sin dedicar apenas tiempo a nosotros a nuestra familia.
    No soy Serranista pero si Sabinista voy a seguir tu consejo me voy a comprar el ultimo de Sabina.
    Me qusta la entrada, si señor.

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  3. Gracias a ti Salvador Pliego, es un honor leer tu comentario y ahora mismo ire a visitar tu espacio.

    Un saludo.

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  4. gracias también a ti, Bretema, por tu visita; y te diré que yo también compraré "Vinagre y Rosas". Un abrazo.

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  5. Yo también estoy pensando ya, en ese disco de Serrat "Vinagre y Rosas", y esa velada tranquila y con el misterio que se le quiera dar.

    Un placer leerte, y acompañarte.

    Besos para ti.

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  6. Gracias por el comentario y la compañía Duna.

    Besos

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